Mi estancia en Caralis Holiday fue maravillosa. La comodidad de la cama y la limpieza fueron destacables, al igual que el desayuno, que estaba bien preparado. Aunque mi baño era privado, me hubiera gustado que estuviera integrado a la habitación. La atmósfera relajante del hotel me permitió disfrutar al máximo de los cercanos puntos de interés, como el Santuario de Nuestra Señora de Bonaria y el Anfiteatro Romano, fomentando una unión familiar especial.

La ubicación es lo mejor de este hotel, ya que está muy cerca de los monumentos históricos más importantes y del centro de la ciudad. Además, se encuentra a poca distancia de casi todo lo que se quiere ver en la ciudad. La habitación es espaciosa y cuenta con un baño privado muy limpio y cómodo. El servicio es amable y atento.

El desayuno dejó mucho que desear, ya que no había suficiente cantidad de fruta y el pan era de mala calidad.